lunes, 15 de febrero de 2016

Explotación sexual infantil o turismo responsable



Nicaragua 
La ciudad de Granada es sin duda uno de los destinos turísticos más conocidos de Nicaragua. Los antiguos edificios de una de las primeras urbes fundadas por los españoles en tierra firme hace casi 500 años, sus pintorescos colores, su arquitectura colonial y el majestuoso lago Cocibolca atraen a más de medio millón de visitantes al año. Pero este desarrollo viene de la mano de un notable y preocupante crecimiento de la prostitución sexual comercial. Una lacra social aún más acentuada por que la gran mayoría de las trabajadoras sexuales son menores de edad.
Federación Coordinadora Nicaragüense de ONG que trabajan con la Niñez y la Adolescencia (Codeni)cerca de 20,000 niños, niñas y adolescentes nicaragüenses son víctimas de explotación sexual en alguna de sus manifestaciones como pedofilia, pornografía, prostitución, turismo sexual o trata de menores. Sin embargo, es muy difícil cuantificar el número exacto por el carácter encubierto de la actividad y la vinculación a redes de intereses económicos, lo cual puede restringir la voluntad de ciertos sectores a combatir esta problemática.

Cuando cae la noche, la ciudad de Granada sigue manteniendo un ritmo trepidante. Los mercados y los comercios van cerrando pero los locales de ocio ya han abierto sus puertas. La ciudad a diario se viste de fiesta, sobre todo en una de las principales arterias turísticas: La Calzada, donde la algarabía y el alboroto de los turistas se entremezclan con la música de los bares, las canciones más románticas de los mariachis que rondan a las parejas y los ofrecimientos de los vendedores y vendedoras ambulantes. A las niñas se les conoce como chicleras porque llevan canastos con dulces que venden a los visitantes pero algunas, en realidad, ofrecen sus servicios sexuales. Son menores de 12 a 17 años de edad que suelen lucir ropa ajustada y un excesivo maquillaje para intentar ocultar su juventud. Es una buena tapadera para buscar algún encuentro sexual a cambio de unos dólares y no llamar demasiado la atención.
Rosa es una niña vivaracha y sonriente de 13 años, y a pesar de su maquillaje aparenta poco más edad. Vende semillas de marañón a los turistas en la calle de la Calzada. Llega del barrio Solidaridad, a las afueras de Granada, acompañada de su hermano de 12 años y una hermana de ocho, que se dedican a ofrecer frutos secos en unas pequeñas cestas de mimbre. Su madre les prepara las bolsas en varios tamaños y, si no venden lo suficiente, tendrán que irse a casa caminando de madrugada con castigo asegurado. Pero desde hace dos años cree que las cosas le van mejor desde que, por medio de una amiga un año mayor que ella, ha entrado en el negocio de la prostitución.“Tengo varios amigos que me cuidan cuando vienen a Granada, les hago compañía y a cambio puedo llegar a casa en taxi y con plata suficiente. Mi hermano se queda cuidando a la pequeña durante unas horitas. No saben nada, les digo que voy a intentar vender por otra calle y al regreso me deshago de mis marañones para que nadie sospeche”, admite.
Cerca de 20,000 niños, niñas y adolescentes nicaragüenses son víctimas de explotación sexual en alguna de sus manifestaciones
Según Karla Sequeira, coordinadora de la Asociación-Comité de la Niñez y la Familia (Aconifa), en la ciudad transitan a diario al menos 50 niñas y niños en situación de explotación sexual comercial, la mayoría víctimas del turismo sexual practicado principalmente por extranjeros, aunque también hay nacionales. Para Sequeira, Granada es un potencial destino para el turismo sexual infantil y urge retirar a los menores que permanecen en riesgo por las calles.

En un informe publicado por el Instituto de Estudios Estratégicos y Políticas Públicas (IEEPP) Granada no solo atrae por su belleza colonial, el turismo sexual es una práctica que se desarrolla a vista de las autoridades y de la población en general.
“Existen niñas y niños en las calles en situación de riesgo, quienes son percibidos como “objetos y mercancía”. Se tiende a culpar a la familia, principalmente a las madres que en algunos casos se prestan a explotar sexualmente a las hijas, dejando en la impunidad a los explotadores y demandantes sexuales”, indica el informe.


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Jóvenes esperando clientela en su zona de La Calzada. Á. F.


En el caso de Ninoska, una niña de 14 años, el entorno familiar ha sido el detonante para llegar a vivir en la calle. Su padre está en la cárcel por trata de personas, y su madre llegó a prostituirse porque lo que ganaba en su puesto de verduras del mercado era escaso por su afición al alcohol. Su hermana mayor se prostituye los fines de semana para pagarse los estudios. Ninoska creció entre el maltrato: “Desde que tenía unos siete años de edad mi mamá me enviaba a diario desde las cinco de la mañana al puestito, y después hasta las siete de la tarde a las calles a vender cigarrillos y chicles. No podía regresar a casa si no vendía todo porque me pegaba. Un tío de mi papá llegó también tomado y una vez me violó. Me dió mucho asco pero también mucha fuerza: le intenté machetear y nunca más se me acercó. A mi mamá siempre me la encontraba tomada y dormida. Yo aprovechaba para salir con algunos de los clientes de mi hermana y desde entonces soy la que lleva la comida a casa”.
Según Unicef, el abuso de menores en el seno de la familia es un fenómeno común en los estratos más desfavorecidos de América Latina. En demasiados casos supone un camino directo a la prostitución. El 47% de las niñas prostitutas en Centroamérica han sido víctimas de abusos sexuales y violaciones en sus hogares, y casi la mitad de ellas se inicia en la prostitución entre los 9 y los 13 años, asegura la agencia de las Naciones Unidas. En Nicaragua, el 68% de los abusos sexuales a menores es dentro del propio hogar.

A las niñas se les conoce como chicleras porque llevan canastos con dulces que venden a los visitantes pero algunas, en realidad, ofrecen sus servicios sexuales

Además, el entorno contempla factores socioeconómicos y culturales como la pobreza, el desempleo, la falta de acceso a una educación de calidad, la migración, la desarticulación familiar, la escasez de espacios de recreación, la discriminación o el machismo, factores que facilitan la existencia no solo de una demanda, sino de cierta tolerancia social ante la explotación sexual comercial. Son muchos los menores en situación o riesgo de que no cuentan con acceso a salud primaria y especializada ni atenciòn psicológica o orientación jurídica y que, en general, se enfrentan a una evidente desinformación sobre sus derechos.
Coralia Domínguez es oficial especializada en la trata de personas de la policía nacional en Granada. “Fue en el 2010 cuando se creó un protocolo de actuación junto a instituciones gubernamentales y comisiones de la niñez para luchar contra esta lacra. Uno de los problemas que nos encontramos para detectar a los explotadores y a las menores que son víctimas es que a veces son las propias madres o familiares quienes las prostituyen y cuando son llevadas ante las autoridades, ambas se cubren y no denuncian el hecho”, apunta.
“En Granada la explotación sexual infantil como actividad sexual remunerada se manifiesta principalmente como pornografía infantil y turismo con fines sexuales”, asegura Karla Sequeira, También añade: “En un sondeo realizado junto a Unicef se demostró que esta ciudad se vendía como un destino de explotación sexual”. Dato que confirma Coralia Domínguez: “De hecho, nos encontramos con un hotel que realizaba mensualmente un concurso de míster a chicos menores de edad. El que ganaba era el más solicitado por los clientes. Se publicaba en internet y se subastaban al mejor postor. Sus fichas con fotos incluidas eran escandalosas. Figuraba su altura, peso, color de ojos y tamaño del pene. Fue cuando decidimos aunar fuerzas y junto a instituciones gubernamentales asumimos como factor de riesgo el turismo sin control alguno”.
Sequeira también indica que un trabajo realizado por estudiantes de la Universidad Nacional Autónoma de Nicaragua demostró que varios hoteles se vieron implicados al permitir que menores de edad ingresaran a sus instalaciones con turistas a sostener relaciones sexuales. "Los propios turistas a la hora de realizar la reserva en el hotel, solicitaban a un chaval o chavala en el paquete de su estadía en el hotel, y claro, se les permitía. Muchos aquí pensaban que eso era lo normal”, apunta.
En abril de 2004, promovido por Unicef y diversas instituciones, como el Instituto Nicaragüense de Turismo (INTUR) o la Cámara Nacional de Turismo (CANATUR), la Comisión Municipal de la Niñez y la Adolescencia de Granada, se presentó una iniciativa para hacer frente a esta situación. El resultado fue el Código de Conducta para la Protección de Niñas, Niños y Adolescentes contra la Explotación Sexual Comercial en el Turismo, donde se suscriben asociaciones de agencias de viaje, de líneas aéreas, de restaurantes, de hoteles y otros cuerpos empresariales relacionados al sector. Los firmantes se comprometieron a adoptar políticas internas para la prevención y la lucha contra el turismo sexual y para el adecuado manejo de situaciones de esta naturaleza.

En la ciudad transitan a diario al menos 50 niñas y niños en situación de explotación sexual comercial, la mayoría víctimas del turismo sexual

Desde la policía turística también se realizan operativos de atención, prevención y de actuación. Así, sensibilizan a los locales cuando consideran que pueda haber una irregularidad en algún adulto en compañía de menores. Amaru Francisco Alfaro, jefe de este cuerpo, explica que el protocolo funciona. "Gracias a nuestros controles de prevención sistemáticos y a la colaboración de trabajadores del sector y de la ciudadanía hemos conseguido detener el ascenso de este tipo de delincuencia. Pero debemos seguir trabajando. Nuestro objetivo es extinguir esta lacra, labor difícil, sí, pero poniendo las cosas más complicadas a los pederastas van a caer menos víctimas. De echo, hace dos años detuvimos a un conocido pederasta estadounidense gracias a la participación popular, al FBI en un trabajo en conjunto con nosotros. También desmantelamos una banda de trata con adolescentes en Granada y Masaya, o la detención de un productor de pornografía infantil con el estudio situado en un reconocido hotel de la ciudad”, explica el capitán .
Xiomara Díaz, empresaria hostelera de Granada, asegura que en el sector turístico es muy frecuente que los turistas intenten ir con niñas a cenar o a meterlas en el hotel. Su restaurante es un ejemplo en cuanto a responsabilidad social. Capacitan y sensibilizan al personal en turismo responsable, les dan las herramientas para poder reportar directamente a la policía un comportamiento sospechoso o un caso de explotación infantil. “Sobre todo que los trabajadores no consideren que lo tienen que hacer como buena práctica en su empresa, sino con su comunidad”, indica.
En abril de 2015, Xiomara fundó UpNicaragua, “un programa que apuesta por empoderar a niñas y adolescentes de 13 a 18 años con el fin de romper el ciclo de la pobreza, el abuso y la explotación además de darles la oportunidad de que sean partícipes socialmente como actores principales”. Esta iniciativa surgió como resultado de la escasez de programas sociales de prevención y de reinserción para un segmento de la población que crecía de manera preocupante.
Entre diversos talleres, actividades culturales y de ocio hay uno que a las niñas y adolescentes les apasiona: la elaboración de joyería con papel reciclado. Sus diseños se venden en la tienda solidaria que la propia Xiomara tiene en su negocio “Les enseñamos una herramienta de trabajo que nos permite recaudar fondos para que nuestro proyecto sea auto sostenible y para darles una aportación a las chicas generándoles, además, un compromiso y un notable aumento en su autoestima”.
Karla Sequeira exige que la explotación sexual comercial de adolescentes y niños no se vea como un trabajo más, sino como un delito, por lo que es un error haberlo establecido de esta manera en el convenio con el Programa Internacional para la Erradicación del Trabajo Infantil de la Organización Internacional del Trabajo (OIT).
Asegura que actualmente desde Aconifa y la Comisión Municipal de la Niñez y la Adolescencia de Granada está atendiendo a una veintena de niñas que han sido víctimas de explotación sexual comercial, pero que uno de los problemas es que no tienen claro cuantas más pueden estar bajo ese acto criminal. “¿A quiénes vas a cuantificar? ¿Solamente a las que vemos públicamente? No, porque también hay otras que son víctimas del proxenetismo, de abusos sexuales en su propio hogar, otras que las han casado con sus violadores, las que se dan por desaparecidas...estas niñas no andan en las calles”, concluye.

sábado, 13 de febrero de 2016

Psicodrama, instrumento contra la violencia

El Salvador.

L
a familia es el espacio natural donde todos nos desarrollamos. Pero en su intimidad aparece la violencia e intentos por mantenerla oculta. Los principales tipos de violencia que se dan en el hogar son la violencia contra niños muy pequeños, violencia física, violencia emocional, abandono, violencia sexual, matrimonios prematuros, prácticas tradicionales perjudiciales y presenciar violencia intrafamiliar. Los padres son los responsables de criar a sus hijos y los gobiernos deben apoyarlos brindando consejos, apoyo e información.
En El Salvador, el maltrato físico, el abuso sexual infantil y la explotación sexual comercial, presentan índices muy altos. Siendo la irresponsabilidad de los padres, en  la protección de sus hijos en edades de indefensión, una de las causas de tales falencias1 .
En la vida escolar el castigo físico es una rutina. Pero la disciplina violenta atemoriza pero no enseña a tener iniciativa y a comportarse correctamente. Los principales tipos de violencia que se dan en la escuela son: violencia física por parte de profesores, trato cruel y humillante por parte de profesores, violencia física por estudiantes, violencia psicológica por estudiantes y violencia sexual o de género.
La violencia escolar supone la violación de un código de convivencia. El bullying resume la violencia escolar. La violencia debe llevar a la acción a docentes, psicólogos escolares e inspectores pedagógicos, con el apoyo del Ministerio de Educación y en contacto con la familia y las autoridades2.
Una institución es un lugar donde niños, niñas y adolescentes viven juntos y son cuidados por adultos que no son su familia. Niños y niñas son recluidos porque no tienen padres, sus familias son demasiado pobres, han sufrido algún abuso sexual en su familia o son víctimas de discriminación. Los principales tipos de violencia que se dan en las instituciones son: violencia por parte del personal, violencia como tratamiento, abandono y violencia por parte de otros niños y niñas.
Un centro de detención es un lugar donde se encuentran niños, niñas y adolescentes transgresores de la ley que se encuentran privados de libertad. Los tipos de violencia en ellos son los castigos físicos como parte de la pena, la violencia por parte del personal y la violencia por parte de otros compañeros.
En general, los Centros de Acogida trabajan en reintegrar a niños, niñas y adolescentes con trastornos de conducta o con dificultades sociales. El problema es, que tienen un protocolo de actuación cuando los niños, niñas y adolescentes internos están fuera de control. Regularmente éste protocolo comprende las celdas de aislamiento, la sedación, la contención mecánica (atarlos a la cama), dejarlos sin comer, prohibirle la visita de familiares y mantenerlos de pie durante horas3 .
Entre tanto, niños, niñas y adolescentes trabajan porque sus padres u otros adultos los obligan a trabajar o porque necesitan dinero para comer y donde vivir. Los tipos de violencia que los niños, niñas y adolescentes trabajadores sufren son: violencia por parte de empleadores, personal o clientes; prostitución y pornografía infantil y servidumbre para saldar una deuda.
Comúnmente los  niños, niñas y adolescentes trabajadores se ganan la vida en ocupaciones “peligrosas”. En una sociedad donde los padres le dan más importancia a la labor del menor en actividades económicas que su asistencia a la escuela, serán inducidos a trabajar por sus propios padres. La mayoría de niños, niñas y adolescentes trabajan en la economía informal. La violencia de que son objeto se “oculta” y es signo de la cultura del lugar de trabajo. Ésta comprende brutalidad física, gritos, palabrotas, acoso sexual y en casos extremos, violación o asesinato4.
A la vez, la comunidad es un grupo de personas que viven cerca unas de otras en lugares populosos. En ella niños, niñas y adolescentes pueden ser víctima de violencia si no cuentan con la protección de su familia. Los principales tipos de violencia comunitaria son: violencia entre niños, niñas y adolescentes, violencia como parte del proceso de convertirse en hombre, violencia sexual, violencia por parte de novio o novia, violencia contra niños que viven en la calle, explotación en el sector turismo, violencia en campamento de refugiados, trata y secuestro, violencia en medios de comunicación e internet.
El Fondo de las Naciones Unidad para la Infancia (UNICEF) consideraba, hace casi un año, que El Salvador era el país más violento del mundo contra su niñez. Citaba que por el accionar de grupos delictivos, familias abandonan sus hogares y se desplazan a otros municipios. Los niños de población desplazada corren el riesgo de perder la vida y cortar sus nexos familiares, con la comunidad y con sus estudios. Indicaba que estos desplazados han sido invisibilizados, ya que no hay políticas de atención y protección a ellos. El actual gobierno, con el plan “El Salvador Seguro”, presenta mecanismos de protección social y programas de atención a la niñez y adolescencia en condiciones de vulnerabilidad5.
ESTUDIO SOBRE LA VIOLENCIA
En el dos mil uno la Asamblea General de las Naciones Unidas pidió al Secretariado General un estudio sobre la violencia contra niños, niñas y adolescentes. La consulta se realizó entre los meses de Marzo y Julio de dos mil cinco en ciento treinta y tres países. El estudio dice que la violencia se da en todos los países sin importar cultura, grupo étnico u origen. A la vez, que la violencia se puede dar en cualquier parte, no importa si la familia tiene un alto o bajo nivel educativo o si son ricas o pobres6.
La violencia es el uso de la fuerza o situación ventajosa para lastimar a otra persona a propósito. La violencia permanece oculta por temor, por el estigma, por considerarla normal, porque no se denuncia y no se registra. Los efectos de la violencia son: problemas de salud física, dificultades para las relaciones interpersonales, problemas de aprendizaje, dificultades para expresar sentimientos, problemas de salud emocional y propensión a comportamientos peligrosos. Los lugares donde se produce la violencia son: en el hogar, en los centros educativos, en las instituciones, en el trabajo y en la comunidad.
El Estudio Sobre la Violencia recomienda, que cada país debe incluir en sus planes nacionales la prohibición de la violencia contra niños y niñas, deben tener un sistema de recopilación de información sobre la violencia, tener información sobre lo que se está realizando para detener la violencia y deben tener un sistema para denunciarla.
PSICODRAMA, PROCEDIMIENTO TERAPÉUTICO
El Consejo Nacional de Seguridad Ciudadana y Convivencia ha elaborado un diagnóstico sobre la inseguridad en El Salvador y ha desarrollado el plan “El Salvador Seguro”. El cual consta de cinco ejes: prevención de la violencia, persecución penal, rehabilitación y reinserción, atención y protección de víctimas y fortalecimiento Institucional. Y ciento veinticuatro acciones para enfrentar la violencia y la criminalidad. Una de las acciones, en atención y protección a víctimas, es diseñar un modelo de atención a víctimas de la violencia7.
El psicodrama es un procedimiento terapéutico que utiliza técnicas dramáticas como medio expresivo, de comunicación, de exploración y de operación. Su objeto es desarrollar la flexibilidad y la espontaneidad, para explorar alternativas y posibilidades en situaciones presentes y futuras. Su objetivo es llevar a los participantes a reconocer sus emociones y sentimientos y a hacer cosas diferentes en situaciones determinadas para reparar conflictos y frustraciones. Los elementos principales del psicodrama son el protagonista, quien dramatizará la situación. El director, que es el terapeuta. El escenario, espacio de la realidad suplementaria. Los egos auxiliares, ayudan al protagonista a desarrollar la escena y el público, quienes son una parte del grupo.
El psicodrama en niños, niñas  y adolescentes, puede ser utilizado para prevenir la violencia y atender a sus víctimas, las edades de los participantes pueden variar entre los diez a los dieciocho años. Y el grupo puede fluctuar entre diez y veinte personas8.
Con las dramatizaciones se busca mostrar como las actitudes son vistas por los demás. Las dramatizaciones son importantes para que cada uno se vea a sí mismo, en cada uno de los colegas que está representando un papel. La representación dramática permite una evaluación personal y una revisión colectiva de los comportamientos. La sesión se inicia con una breve presentación del tema en quince minutos. Luego se lee, en cinco minutos, la noticia y el guión elaborado en él se encuentran los roles a distribuir. Seguidamente, el director pide voluntarios para los papeles que se van a representar y se ensaya el guión durante diez minutos. Luego, el drama es representado por un grupo de personas: protagonista y egos auxiliares. La representación se desarrolla en treinta minutos. Terminada la representación, en plenario se evalúa, por veinte minutos, lo que observaron: primero, protagonistas y egos auxiliares y en segundo lugar, el público. Se les pregunta sobre sus impresiones de la dramatización, sobre sus emociones y sentimientos que abrigaron, así como algunos detalles. Finalmente, el terapeuta hace sus complementaciones en diez minutos. Indica que se aprendió con la representación dramática y asigna tareas terapéuticas. La sesión psicodramática dura una hora con treinta minutos9.
Por ejemplo, en el tema de violencia en la comunidad se lee la siguiente noticia: “La Policía Nacional Civil (PNC) reportó el homicidio de un joven de dieciséis años en el cantón Zapote del Municipio de Jucuapa. Los hechos ocurrieron a las siete de la noche, cuando el adolescente fue atacado con arma de fuego cuando venía de visitar a su novia”. El guión de esa noticia es el siguiente: Gilberto acompañó a Gertrudis, conocida como Trudy, hasta su casa situada en “La Granjita”, comunidad acechada por las pandillas.
-Trudy: ¡Ay Gilberto!, mejor no me hubieras acompañado hasta la casa. Me da miedo que salgás vos solo de la colonia.
-Gilberto: ¡Ah Trudy!, es que estoy enamorado de vos. Además, no me va a pasar nada.
-Trudy: ¡Adiós Gilberto!
-Gilberto: ¡Adiós Trudy!
Gilberto ha comenzado a caminar y le salen al paso Stinky y Plaguey, dos homeboys del barrio.
-Stinky: ¡Ey homie!, no te habíamos visto por esta colonia. ¿Sos un chota o una rata?
-Gilberto: ¡Ey cálmense, soy un civil!
-Plaguey: ¡Cual civil!, vos sos una cochina rata y te vamos a picar.
-Gilberto: ¡No hombre!, no pertenezco a ninguna clica.
-Plaguey: ¡Te vamos a encaminar a aquel predio, tenemos luz verde para quitarte!
-Gilberto: ¡Por favor, déjenme ir!
Trudy se da cuenta de lo que le sucede a Gilberto y le pide a su hermano mayor que intervenga por su amigo.
-Máximo: ¡Ey carnales! ¡Cálmense!, ese civil es mi primo.
Máximo se levanta la camisa y les muestra su mortero (arma de fuego).
-Stinky: ¡Esta bien carnal!, pero que no ande solo en la colonia.
Máximo encamina a Gilberto hasta las afueras de “La Granjita”. El protagonista es Gilberto y los egos auxiliares Trudy, Stinky, Plaguey y Máximo.

El programa psicodramático radica en seis sesiones a juicio de una semanal. Los temas a desarrollar en cada sesión son: ¿Qué es la violencia?, la violencia en la familia, la violencia en los centros educativos, la violencia en las instituciones, la violencia en los centros de trabajo y la violencia en la comunidad. La primera sesión es distinta a las que siguen. En ella se hará una introducción de los que es la violencia y el procedimiento psicodramático. Posteriormente el director solicitara voluntarios para adiestrarlos en las principales técnicas psicodramáticas. El propósito es lograr una atemperación o adecuación de los miembros del grupo a la lógica psicodramática.